Lino

La semilla del lino (linaza) se compone mayoritariamente por aceites y proteínas. De sus grasas entre un 50-75% son ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y el contenido restante que son mayoritariamente ácidos grasos omega 6. El aceite de lino o linaza es la fuente vegetal más rica que se conoce de ácidos grasos esenciales omega 3.
A partir de los ácidos grasos omega 3 presentes en el lino, el cuerpo humano es capaz de elaborar el denominado eicosapentanoico (EPA), con funciones como disminuir la capacidad de adhesión de las plaquetas de la sangre, disminuyendo el riesgo de trombos.
Los omega 3 también contribuyen a regular el nivel de colesterol disminuyendo el riesgo cardiovascular. Los ácidos grasos omega 3 también presentan cierta acción antiinflamatoria siendo útiles en procesos reumáticos, artríticos y artrósicos, sin olvidar su particular actuación en las células de rápido movimiento o transmisión de impulsos como la retina y células nerviosas, permitiendo el buen desarrollo nervioso del bebé durante el embarazo y la lactancia. Las proteínas de la linaza son consideradas de una calidad similar a la de soja y una de las más nutritivas de las proteínas de origen vegetal. Debido a la alta concentración de grasas, proteínas y bajo contenido en humedad, la semilla proporciona un alto contenido energético.
¿Para qué sirve?
Se considera a las semillas de lino un alimento funcional, ya que más allá de los efectos nutricionales habituales, posee efectos benéficos adicionales sobre varias funciones del organismo y reduce el riesgo de padecer determinadas enfermedades.Sistema cardiovascular.
Gracias a su contenido en ácidos grasos esenciales omega 3 se considera al lino como una herramienta para regular el colesterol, cuidar el sistema cardiovascular y evitar la formación de trombos. Estos efectos se potencian por su contenido en fibra, vitaminas y minerales.
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